El "arte" de fluir
Un estado mental de concentración plena.
Es posible que este sea el año indicado para empezar con otra mentalidad, ser más abierta al cambio y ponernme de cierta manera al a merced de las olas, de las oportunidades que me da el vasto mar de la vida para atrapar. Mi propuesta es la mentalidad del flow. Entrar en el flow es entrar en un estado en donde estás tan conectado con la actividad que estás haciendo, que las distracciones externas y los pensamientos negativos pasan a un segundo plano.
Estar en un estado así crea en nosotros conexiones neuronales y libera sustancias químicas beneficiosas (a ahondar próximamete). Se trata de proteger tu habilidad de concentración y de conentrarse en el momento presente y en la intención de lo que se está haciendo. Concentrarse en un mundo lleno de distracciones que provienen de las ciudades ocupadas, la tecnología y el multitasking que genera, nuestra tendencia a autodeclararnos las personas más ocupadas del planeta tierra (y nuestro orgullo en asumirlo) y nuestro ritmo de vida acelerado, es un reto gigante.
Es como si el hecho de vivir en esta época implicara estar occupado y moverse con inercia hacia adelante, enfrascados dentro de una rutina predeterminada. La rutina a veces promete productividad y éxito, pero ¿a costa de qué? A costa de nuestra salud física y mental, a costa de variedad en nuestro día a día. Por seguir el status quo sacrificamos la creatividad que teníamos en la infancia y el potencial artístico (en cualquiera de sus muchas representaciones) que existe en cada uno de nosotros.
Me ha pasado que cada vez desconfío más de algunas de mis habilidades artísticas y de mi capacidad física. Son cosas que habría hecho sin esfuerzo antes, y que hoy en día me cuestan. Un niño con un lapiz hace trazos firmes y decididos en el papel. Nosotros, de adultos, nos sentamos en frente a un papel en blanco y nos aterrorizamos. Por más educación, experiencias de vida, ingenio o confianza creamos tener, la pureba del papel blanco demuestra que algo falta dentro de nuestra vida (o dentro de nuestra construcción de una vida con propósito y sentido).
Fluir es el arte del mejoramiento. Son periodos de intensa concentración, durante los cuales podemos explotar nuestro máximo potencial, dirigiendo nuestros esfuerzos con gran presición hacia lo que estamos haciendo en el momento. Paradójicamente, el tiempo pareciera detenerse… pero a la vez parece volar. Aunque la actividad que estemos haciendo sea retadora, pareciera volverse algo que hacemos sin esfuerzo. Explicándolo así suena contradictorio: es relajación combinada con intensidad. Pero se trata más de lograr un momento en el que, al hacer unna actividad, logremos algo intrínsicamente gratificante: más que un resultado al final, una sensación durante.
Pero ¿Para qué nos sirve entrar en un estado de flow?
Principalmente, para involucrarnos en algo que nos genere felicidad, que nos mueva, y lograr realizar trabajo profundo y significativo. Nos sirve para ser dueños de nuestro proceso creativo. Nos sirve para entrar en una zona de aprendizaje, y posiblemente encontrar algo que nos transforme o que nos haga pensar de una manera diferente. Cuando pienso en alguno de mis hobbies (por ejemplo, correr), tengo objetivos claros y un sentido de progreso. En este caso, lo mido en distancia, resistencia y las sensaciones físicas y mentales que experimento al correr. Ser consciente de esas sensaciones ayuda a darle más propósito a las actividades que hacemos.
Fluir con una actividad es un emparejameiento de un reto y una habilidad. Es un reto, porque por lo general no se logra inmediatamente. Requiere un sentido de control personal y agencia sobre la acción que se está realizando. Claro, hay momentos de alta frustración. Pero alcanzar esa sensación del flow es lo mejor. Es satisfactorio, empoderador, motivante.
Conectar el aprendizaje con métodos y mecanismos que sean disfrutables. Para el aprendizaje (en los colegios, digamos), se puede asociar con promover la elección de cada estudiante: darles opciones, ideas, y permitirles ser parte de su proceso de aprendizaje. O, de minimizar distracciones: cambiar el ritmo al que se hacen las cosas, para así tener menos tareas y más tiempo para lograr cada una de ellas. El flow es un proces de metacognición que implica establecer metas, evaluar las actividades y reflexionar sobre el progreso. Uno con uno. Pero con una mentalidad de crecimiento.
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